domingo, 17 de junio de 2007

17 de junio. Lectores del mundo entero.


Suelo pasar los domingos en silencio, disfrutando de la naturaleza, abriendo nuevos espacios creativos o descubriendo nuevos mundos en Internet. Precisamente hoy, mientras me perdía en la red, he descubierto un “blog” muy curioso. Se trata de un controlador que me permite conocer la repercusión que tiene este “Diario de un periodista en paro”. Acostumbrado a hablar en una dirección, sin contar con muchas voces de respuesta, o esperando que cada vez haya más, me he encontrado con lectores inusitados que me provocan reacciones sorprendentes.

Observo, asombrado, los resultados consultados del pasado 15 de mayo al 14 de junio. Pues bien, compruebo cómo este diario, que puede volar a todas las parte del mundo, tiene un balance durante estos días de 708 visitas que proceden no sólo de España (541 visitas desde 12 ciudades), sino que abarcan cuatro continentes tan alejados como América, Asia o África.

En Europa, nueve de las visitas recibidas son de Francia; siete, de Italia; cuatro, de Alemania; dos, de Suiza; una, de Luxemburgo y otra, de Inglaterra. Desde Sudamérica hay 107, a través de 9 países: Perú (22), Venezuela (21), Colombia (19), Argentina (19), Chile (16), Ecuador (5), Bolivia (3), Uruguay (1) y Brasil (1). Del Caribe, se registraron tres de la República Dominicana (3) y una de Puerto Rico (1). Cuarenta proceden de centro América: 32 de México, 6 de Guatemala, 1 de Honduras y 1 de El Salvador. Y once de Norteamérica: 4 de Florida, tres de Nueva Jersey, dos de California y una de Texas. Pero lo que más me llama la atención son dos visitas de África del Este (Tanzania), y tres de Asia (Hong Kong, China y Turkey).
Lástima que estos lectores, que se limitan a leer los diferentes días de este diario, no incluyan, al mismo tiempo, una toma de contacto más real, dejando sus comentarios. Confieso que me llenaría de ilusión recibir estos escritos procedentes del mundo entero, en los que me dieran su opinión sobre los mismos, sea en castellano, sea en cualquier lengua. Un sueño que, quien sabe, alguna vez puede que ocurra. De todas maneras, me halaga saber que me leen desde tan lejos, a través de océanos y de continentes.

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