jueves, 26 de marzo de 2009

Los bloggers italianos piden ayuda.



Desde hace unos días, los bloggers italianos piden ayuda a toda la blogosfera internacional. Los políticos de este país han decidido crear un registro de bloggers para indentificar a todos sus autores y poder ejercer control sobre ellos, aplicando la censura en aras de una Internet limpia, “atada y bien atada”. La ofensiva va más allá, al autorizar el Senado al Ministerio del Interior la retirada o el bloqueo de cualquier sitio con contenidos calificados como “crímenes de opinión”, es decir opiniones que vayan contra intereses determinados, incluidos vídeos alojados en YouTube o fotos en Flickr. La enmienda propuesta por el Gobierno italiano no se limitará a eliminar el material considerado por él de subversivo o ilegal, sino que afectará al acceso a todo el sitio web. La modificación, del senador Gianpiero D’Alia (UDC.SVP-Aut.) ya ha sido aprobada por el Senado y está a la espera de ser debatida en la Cámara de Diputados.

Más que una ley, la enmienda es un pequeño golpe de mano. El blogger Beppe Grillo expresa sus protestas en contra de esta enmienda que –si se convierte en ley– limitaría la libertad de expresión y permitiría el cierre de miles de voces en la Web. Según el político italiano, Antonio di Pietro, la enmienda es inconstitucional, anti-democrática y situaría a Italia en la misma situación de países como China y Birmania, donde el filtrado de información en Internet está muy extendido.

A propósito de esta enmienda italiana, Manuel M. Almeida escribe en su bitácora Mangas Verdes: “De la empanada mental que se desprende de la iniciativa no sé si quedarme con lo falaz de su argumentación o con lo grotesco de la propuesta final. Dicen los promotores que ‘el exceso de información provoca intoxicación’ y que “en Internet no existe la seguridad de que la información sea cierta’, como si el exceso de información (es decir, que todos podamos informar e informarnos) fuese un pecado en sí mismo y exclusivo de la Red (¿alguna vez ha tenido esta gente en sus manos un mando a distancia o un sintonizador de FM?) y, en último caso, no se pudiera regular a través de filtros personales sin necesidad de ’salvadores’; o, como bien apunta Félix Soria, como si realmente existiera la certeza de que todo lo que se publica en los medios tradicionales es verdad. Incredible.

“La blogosfera –concluye Almeida en este comentario que suscribo totalmente– no admite ni regulación ni códigos de conducta ética. La blogosfera es un canal de expresión personal, libre y diverso hasta donde marcan las leyes. En los países más progresistas, mucho. En las dictaduras, muy poco. El código ético del blogger es el derecho a la libertad de expresión y la obligación de ser responsables ante lo que se publica. Ni más ni menos. Todo lo demás son intentos de manipulación y censura intolerables. No somos periodistas. No somos profesionales. No somos partidos. No somos piratas. Somos personas que se comunican a través de un nuevo medio. Y punto. Regular la conversación es regular la libertad de conversar. Y por ahí no pasamos”.
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El escolta de Castro. Capítulo III. Primeros síntomas de la enfermedad grave de Fidel, en 1983. Nueve años más tarde, sufre la segunda crisis, tras el regreso de la visita a España en donde visitara la Exposición de Sevilla, los Juegos Olímpicos de Barcelona y a su familia en la Coruña.

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