viernes, 23 de octubre de 2009

La visita de Moratiños a Cuba, ¿cooperación o rendición?

Miguel Moratinos con Raúl Castro en Cuba.

Tras su entrevista el pasado lunes de Miguel Moratinos con Raúl Castro, presidente de Cuba, el ministro español de Exteriores declaraba: “He encontrado en el presidente Raúl Castro un compromiso de avanzar en el proceso de reforma, de mejorar la situación económica de Cuba”. Moratinos se ofreció a Castro como puente ante la UE y ha reanudado la cooperación española con Cuba, que ha pasado de 17 a 34 millones de euros entre 2007 y 2009. Según él, la acogida en la isla demuestra “el interés que tienen las autoridades cubanas en reforzar las relaciones bilaterales con España”. El Gobierno cubano liberó sin condiciones a dos presos políticos y dejó en libertad provisional a Pedro Hermosilla, empresario español detenido hace varias semanas, conocido personalmente por Moratinos. Tras su llegada a Madrid, éste dijo que es la prueba de la política de diálogo y respeto mutuo del gobierno español hacia la isla, lo que “da sus resultados”. Por el contrario, Andrés Oppenheimer, periodista de prestigio argentino-estadounidense y autor del libro “La hora final de Castro”, entrevistado en ABC, declaraba que “España en Cuba está agachando la cabeza ante una dictadura”.

La visita de Moratinos a Cuba se produjo en vísperas de la presidencia española de la UE. Evidentemente, España desea elevar la relación entre Cuba y la UE bajo la responsabilidad española de los Veintisiete. “Hemos conseguido –comentaba Moratinos tras su viaje– que de 300 presos políticos, haya en la actualidad 206. Son muchos, de acuerdo, e inaceptables, pero la realidad es que hemos avanzado con nuestra política”. Sin embargo, el periódico Wall Street Journal lanzaba el martes pasado una dura crítica contra el ministro español de Asuntos Exteriores, a quien acusaba en un duro editorial de ser “el hombre de La Habana en Europa”.

El periódico norteamericano conservador propiedad de Rupert Murdoch, dueño de News Corporation, uno de los imperios mediáticos más importante del mundo, habla de “cambios cosméticos” ya que Bruselas ya puso fin el año pasado a las sanciones diplomáticas que había impuesto al régimen de La Habana en respuesta a la ola de arrestos de opositores y disidentes durante la llamada Primavera Negra, en abril de 2003. WSJ lamenta que la UE tenga intención de destinar 36 millones de euros para “fondos de cooperación” con la isla. “La maquinaria de los Castro, más represiva que nunca pese a la sustitución de Fidel por Raúl, ya se beneficia de un estatus preferencial en sus relaciones comerciales con los Veintisiete”.

El diario condena que Moratinos no aprovechase su estancia en La Habana, en la que se entrevistó con su homólogo, Bruno Rodríguez, y fue recibido por el propio Raúl, para reunirse con los familiares de presos políticos. “Este ha sido un buen año para los dictadores en Cuba –añade el editorial– y para los de otros países que buscan obtener legitimidad internacional, mientras siguen negando a sus pueblos derechos básicos”. Curiosamente, hace tres años, José María Aznar fue nombrado consejero de News Corporation y se embolsa por ese “trabajo” unos 130.000 euros al año. El ex presidente del gobierno español, cuya enemistad con el régimen comunista de Fidel Castro es bien conocida, llegó a comparar la “tiranía” castrista con el nazismo alemán y aseguró que “con libertad y democracia”, el actual régimen cubano “acabará corriendo la misma suerte” que las dictaduras comunistas de Europa del Este que cayeron con el Muro de Berlín. Por su parte, Fidel Castro calificó a Aznar de “Fuhercito” y fue descalificado con el sobrenombre de “aznarcito”.
Cuba y los elefantes.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Cuba necesita de la diplomacia española, y a su vez a España pudieran haberle encomendado (USA) el apoyo para la intermediacion y busqueda de acuerdos que proporcionen cierto aperturismo, e incipientes libertades. El castellano y el gusto por el puerco son factores comunes y decisivos. La rumba y el son también. Intentémoslo.
chiflos.