miércoles, 11 de noviembre de 2009

Los zapatos de Maite Areal.


Entre las cosas halladas en el registro del palacete de la calle de San Felio, adquirido por Jaume Matas en los últimos años de su presidencia en el Govern de la Comunidad Balear, la Guardia Civil encontró nada menos que 50 pares de zapatos “Qué clase de magnate –se pregunta el periodista Matías Vallés– puede gastarse millones de euros para mantener un palacete deshabitado en Mallorca, mientras reside en Estados Unidos y posee otras envidiables casas en Madrid –donde sus vecinos se maravillan de que pueda permitírsela aunque no tuviera ninguna otra– y en la Colònia de Sant Jordi?”. Pero, tranquilos, porque hoy no queremos hablar del ex presidente, sino de Maite Areal Montesinos, igualmente imputada. La esposa de Jaume Matas, maestra de escuela y ex asesora de educación de la Comunidad de Madrid, está siendo investigada por su supuesto manejo de dinero negro en gastos por decenas de miles de euros en efectivo, como la compra de joyas y la decoración de la casa-palacio. Según la Fiscalía, la mujer de Matas gastó 70.000 euros en joyas y regalos a lo largo de cuatro meses. Pero lo más curioso de este palacete, comprado en abril de 2004 por el entonces president del Govern por la quinta parte de su precio de mercado, es que la Guardia Civil haya encontrado en un armario este lote de calzado perteneciente a su consorte.


El suceso me ha hecho recordar el millar de pares de zapatos incautados hace cinco lustros a Imelda Marcos, la esposa del fallecido dictador Ferdinand Marcos. Una comisión presidencial del Gobierno filipino estudió subastarlos, tras la sugerencia de una casa subastadora internacional. El comisionado añadió que los zapatos y entre 100 y 200 trajes utilizados por Imelda durante su periodo de Primera Dama fueron acumulados durante los 21 años en los que ella y su marido acapararon el poder en Filipinas, entre 1965 y 1986. La viuda del ex presidente lanzó, en noviembre del 2005, una colección de artículos de moda, dirigida a atraer a los consumidores jóvenes del país. Imelda anunció, en una rueda de prensa celebrada en un hotel manileño, que la línea de moda incluía bisutería, bolsos y zapatillas de deporte, acumulados durante los 20 años del mandato de su esposo. Los artículos “entraban dentro de las posibilidades del comprador, ya que costarían entre 20 y 100 dólares”. Lo que no sabía ella es que, para la mayoría del pueblo, seguían siendo artículos de lujo. A pesar de ello, supo venderlos con facilidad, pues “se trata –dijo ella– de algo más que de dinero porque con dinero sólo te puedes comprar comida y tales cosas, pero sólo la belleza te puede alimentar el alma y el espíritu”.


La Comisión Presidencial para el Buen Gobierno calculó que Ferdinand Marcos acumuló ilícitamente unos 10.000 millones de dólares (8.200 millones de euros) hasta que se vio obligado a abandonar el país por una revuelta popular que instauró la democracia en el país. Sin embargo, Imelda Marcos fue absuelta de la mayoría de los 417 casos presentados en su contra tanto en Estados Unidos como en el archipiélago. Y, en octubre pasado, unos 200 pares de sus zapatos se salvaron de la tormenta tropical Ketsana, que azotó todo el tercio norte del país e inundó la capital, provocando 300 muertos, cerca de 500.00 desplazados y dos millones y medio de damnificados. Pero sus zapatos fueron trasladados a un lugar seco en la segunda planta del recinto por un guarda de seguridad, según María Lourdes Fernando, la alcaldesa de la localidad e íntima amiga de Imelda.


¿Tendrá nuestra Imelda mallorquina tanto éxito con sus zapatos? ¿Sabrá Maite Areal aprovecharse de la popularidad de su marido, como lo consiguió Imelda, para salir indemne de las acusaciones que caen sobre ella y su marido? Por si acaso, ha preferido dejar esos zapatos en Mallorca, para seguir a su esposo hasta los EEUU. Y, ¿quién sabe si, movida por un impulso caritativo, no le da por venderlos o deshacerse de ellos, en aras de los que siguen descalzos? Dicen que hay una campaña humanitaria que se propone recoger zapatos que no nos sirvan para entregarlos a personas descalzas o mal calzadas en África. Aunque me temo que la mayoría de ellos, con tacón alto, de muy poco puede servir a los africanos, a no ser que los revendan a Europa.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Es increible hasta que punto, somos injuriosos y ruines.
Antes de que la justicia condene,ya los hemos ejecutado.¡¡Que asco de país!!
Soy un trabajador normal y mi mujer, posiblemente tenga 20 ó 30 pares de zapatos.
¿¿es algo raro eso entre las mujeres?? con buen gusto.