jueves, 1 de diciembre de 2011

(II) El mutismo de la Casa Real

Iñaki Urdangarín, el duque de Palma.





El palacete de Pedralbes, en dode vivieron los Duques de Palma.




Manuel Rico, en “Rinchera Digital” ha escrito un corto blog que da en el clavo. Se refiere al informe de 148 páginas que acaba de elaborar Hacienda, en el que destapa las presuntas irregularidades de la trama montada por Iñaki Urdangarín. Dice así: “Es un trabajo aséptico, sin conclusiones, pero donde se analizan todos los movimientos financieros y tributarios de las empresas creadas por el duque de Palma y su socio. Y el análisis de esos datos desvela una operativa destinada a enriquecerse con fondos públicos, utilizando irónicamente como pantalla una ONG sin ánimo de lucro, y a estafar presuntamente dinero al fisco… Si escandaloso es lo que descubre el informe de Hacienda, aún mayor perplejidad causará a los lectores otro dato que desvela este diario: en cuatro años, Urdangarin y su mujer compraron propiedades valoradas en 7,3 millones de euros. La Casa Real ha guardado hasta ahora un mutismo incomprensible, pero ha llegado la hora de que aclare cuánto dinero de los impuestos de los españoles entregó a la infanta Cristina y a su marido y qué parte de esos fondos se destinó al monopoly inmobiliario”.

Ignacio Escolar, escribe otro breve artículo nada desdeñable sobre la organización que Iñaki Urdangarín montara. El Institulo Nóos del cuñado del Rey no era, según sus deducciones, una ONG, sino una entidad “sinónimo” de lucro. “Sólo así –aclara–, se pueden entender tres cifras que la Casa Real debería explicar”. Escobar habla de tres cantidades que llaman la atención. 5.819.553 euros en subvenciones, 7.300.000 euros en pisos y 8.430.000 euros para la Casa Real. “Entre la Generalitat del honorable Camps y el Govern balear del aún más honesto Jaume Matas, el Instituto Nóos recibió casi seis millones de euros públicos para organizar tres eventos turístico-deportivos. La eficacia de Nóos fue asombrosa: el 98,7% de este presupuesto –5.743.998 euros– acabó en las empresas de la trama; 3,5 millones fueron directamente a dos sociedades participadas por Urdangarin. Una parte del dinero viajó después por el mundo, hasta Belice o Luxemburgo”. Escobar dice que los duques de Palma y sus empresas ampliaron su patrimonio inmobiliario con “seis pisos, dos plazas de garaje, un trastero y un palacete en la mejor zona de Barcelona. Eran los años en los que Nóos recibía dinero de la Generalitat de Camps, del Govern de Matas, de la Bancaja de Olivas (el del Banco de Valencia) o de la SGAE de Teddy Bautista”. Y termina con la partida completamente opaca de los Presupuestos del Estado en la que ignoramos qué parte de la misma acaba en manos de los duques de Palma. Y se pregunta: “En una democracia, ¿no debería ser cada euro público más transparente que el cristal?”.

Antonio R. Naranjo, director del Diario de Alcalá y de todos los medios de comunicación de la editora Prensa Universal, habla del uso inaceptable de Urdangarín en su condición de infante consorte para obtener un beneficio que de otro modo jamás alcanzaría. “Las tarifas de cada trabajo –escribe en “Cartas desde el filo”–, a razón de hasta 69.000 euros por folio de obviedades, confirman el abuso y obligan a la Casa Real a algo más que a desmarcarse de las presuntas andanzas del un individuo que no ha dejado de ponerse las botas tras colgarlas. Todos somos iguales ante la ley, se supone, pero unos más que otros: si eres consejero delegado de un Banco o yerno del Rey, es probable que la implacable ciega de la balanza se transforme en una hermanita de la caridad sorda y muda que silba fados mientras estos individuos ganan la medalla de oro en la Olimpiada del bochorno”.

“Ante el cúmulo cada vez mayor de indicios de delito –declara Gaspar Llamazares,–, es evidente que se le acabará imputando, porque lo contrario sería extraño”. Joan Tardà, diputado de ERC, exige a la Casa Real y al propio Juan Carlos I que se abstengan de “presionar” a la Justicia. Joan Baldoví, diputado electo por Compromís, reclama a los tribunales que apliquen al aristócrata el mismo rasero que al resto de ciudadanos. “La Justicia – agrega Laia Ortiz, portavoz de ICV– debe ir hasta el final. No puede haber nada intocable”. Francisco Jorquera, del BNG, pide que haya “máxima celeridad”, y que “todo el peso de la ley” caiga sobre Urdangarín. Y los cinco diputados de IU en Les Corts Valencianes le piden a Urdangarín que devuelva los fondos públicos que le fueron otorgados y “colabore con la Justicia, aportando toda la documentación que se le requiera”.

Un portavoz de la Zarzuela insiste en que ya el duque anunció que defenderá su “honorabilidad e inocencia”, y en que están trascendiendo datos “aún en manos del juez y de la Fiscalía” que la Corona “no conoce”. El portavoz recuerda que el marido de la infanta Cristina cedió la presidencia de Nóos en junio de 2006. Sin embargo, según la Agencia Tributaria, el yerno del rey siguió figurando como autorizado en una cuenta bancaria millonaria de la ONG en 2007 y 2008.

1 comentario:

Miguel Baquero dijo...

La mayor pena, seguro, que le podría caer a toda esta gentuza es la más justa y sencilla: que devuelvan la pasta, o que se la quiten de sus cuentas particulares, como hace Hacienda con cualquier pobre pringao que se desgrava 200 euros de más.