martes, 23 de abril de 2013

Grillo advierte sobre “el pequeño astuto golpe institucional”.


 Seguidores de Grillo protestan contra Napolitano
 
 Grillo, subido al capó de su coche grita: "Rendíos".
 
 Diputados del Movimiento 5 Estrellas se manifiestan frente al Congreso pidiendo la elección de Stefano Rodotà
 
Más de un millar de “grandes electores” italianos (diputados, senadores y delegados de las regiones), fueron incapaces el pasado fin de semana de lograr la mayoría absoluta a partir de la cuarta votación. Todo empezó con un acuerdo sobre un nombre pactado entre la izquierda (“Partido Democrático”, de Pierluigi Bersani) y la derecha (“Pueblo de la Libertad”, de Silvio Berlusconi). Franco Marini, nombre elegido entre todos, no pudo obtener el respaldo cualificado en las tres primeras votaciones y, a la cuarta, cuando la mayoría simple era suficiente, Romano Prodi, ex-primer ministro patrocinado por Bersani, pasó a ser el candidato. Pero alrededor de un centenar largo de delegados del Partido Democrático no respetó su promesa y Prodi tampoco fue elegido…. Desautorizado por su falta de control de la disciplina del partido, Bersani, el candidato más votado en la reciente legislatura, anunció que, en cuanto hubiera un presidente, él dimitiría como jefe del PD y la formación emergente, “Movimiento Cinco Estrellas” confirmó que su condición anti-sistema le exige una actitud testimonial, alérgica a todo arreglo con la izquierda.

Fue el momento en que Beppe Grillo ordenó que, en sus filas, se votara única y exclusivamente a su candidato, Stefano Rodotà, un hombre valioso y respetable, ciertamente, pero de imposible elección sin un acuerdo con terceros. Si Grillo mantenía su conocida hostilidad a pactar con el PD, el ejecutivo estable se hacía difícil. Pero si el PD mantiene su conocida oposición a todo acuerdo con “Il Cavaliere” también lo era. Hasta que los partidos tradicionales, que llevaban tres días haciendo el ridículo para nombrar al jefe del Estado, decidieron que la mejor opción era que el viejo Giorgio Napolitano –un ex comunista que, en junio cumple 88 años–, renovara un nuevo mandato de otros siete. Y, al final, era reelegido presidente de la Republica, después de que los líderes del centro, izquierda y derecha pactaran finalmente ofrecerle el puesto.

Grillo acusó a los partidos de querer de esta manera aislar el Movimiento 5 Estrellas. El cómico denunció a Bersani y a Berlusconi de estar dando un golpe de Espado y convocó una concentración de protesta en Roma llamando a los ciudadanos a manifestarse frente al Parlamento contra la reelección de Napolitano. En torno a las 18.30 horas, cerca de un centenar de personas se concentraron en la plaza que da acceso al Congreso y gritaron “¡Vendidos!” y “¡Mafiosos!” contra los políticos. Grillo apareció en coche en la pequeña plaza dei Santi Apostoli, pero no puede llegar andando al palco debido a la cantidad de prensa y de manifestantes y a que la Policía le aconsejó que se marchase por motivos de seguridad. Al final, se subió al techo de su coche y sólo pronunció uno de sus gritos de batalla dedicado a la clase política: “¡Rendiros!”.

El exministro del Interior, Roberto Maroni, máximo exponente de la xenófoba Liga Norte, le volvió a comparar con Hitler y Mussolini. “Es inaceptable que se califique de golpe el recorrido limpiamente democrático que ha llevado a la elección del jefe del Estado”, protestó la presidenta de Congreso, Laura Boldrini, en Twitter. Grillo ofreció a Bersani votar a Rodota para pactar la formación de un Gobierno. Y el diputado grillino, Roberto Ficco, no quiso usar la expresión “golpe” pero sí vio la reelección de Napolitano como “la dictadura de los partidos, una partidocracia que no quiere ceder. A ellos no les interesan los ciudadanos, están enrocados en los palacios”.

Mientras tanto, Grillo seguirá siendo considerado como el representante de la antipolítico, con el Movimiento 5 Estrellas aislado en el Parlamento pese a sus 8 millones de votos y a un PD hecho pedazos. Grillo sigue siendo para la misma Europa y los mismos medios, el representante de la antipolítica. Y, sonriendo y respirando hondo, Il Cavaliere confirma que su figura sigue siendo clave para la formación del Gobierno. “Es una jornada importante para nuestra República –dice a los medios tras la votación–. Doy gracias al presidente Giorgio napolitano por el espíritu de servicio y por su generosidad personal y política, al haber aceptado proseguir con su deber en un contexto tan difícil e incierto”.  Pero, casi dos meses después de las elecciones, muchos piensan que será imposible que el primer ministro ponga en marcha las reformas que Italia necesita para no caer en lo mismo de siempre. Italia, la tercera mayor economía de la eurozona apenas ha crecido en 20 años y está lidiando con la mayor tasa de desempleo en décadas. Se espera que las conversaciones para la formación de una nueva administración finalicen en unos días ante la gran presión a la que se están viendo sometidos los partidos por parte de Napolitano para alcanzar un acuerdo. Pero ¿será todo tan fácil como ahora algunos políticos pintan cuando los niveles de corrupción han caído a nivel de Grecia?

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