viernes, 27 de marzo de 2015

El secretario de las infantas lleva a la Casa Real a los juzgados.


Me entero de que Carlos García Revenga, secretario de las infantas, cargo que, durante décadas, ha recibido confidencias de don Juan Carlos y muestras de cariño de doña Sofía, además de formar parte de su decorado profesional y sentimental, está en pleitos con la Casa Real. Y de que, en la Zarzuela, están indignados con la reacción del fiel escudero, quien ha creado el primer conflicto laboral en la Casa Real, cayendo como una bomba la rebelión de su servidor.

Desde la Zazuela, aseguran que García Revenga era personal contratado eventual, adscrito a un departamento que ya no existe. Que, al cerrar el Rey Felipe VI la secretaría privada de sus hermanas, el personal a ella adscrito dejó de tener funciones. Desde septiembre ya se sabía que la salida de García Revenga se llevaría efecto en diciembre. Y, en enero, quien fuera secretario de Elena y Cristina, con quienes mantenía una relación tan estrecha que a veces parecía su hermano mayor, enviaba un correo electrónico a determinados empleados de la Casa. Era un mensaje muy comedido, formal y agradecido, en el que García Revenga comentaba a sus amigos que, “en enero, me voy a la cola del INEM”. Su puesto había desaparecido y no tenía sentido su continuidad en la estructura. La princesa de Asturias y la infanta Leonor aún no precisan de los servicios de un secretario. Y cuando lo necesiten, no será, desde luego, García Revenga quien vaya a ser convocado para esta misión. El preceptor despedido, buen conocedor de la forma de pensar de los nuevos reyes, ya se imaginaba que no habría un especial miramiento con su caso. Pero…

El ex asesor de las infantas reclama la indemnización a la que juzga que tiene derecho. Revenga es un personaje que controló mucha información desde la Casa Real. Fue tesorero del Instituto Nóos, trabajó con Urdangarin y con su socio, Diego Torres, resultó imputado por el juez Castro quien, finalmente, le exoneró. Pero aquel episodio, se dice en Vozpópuli,  cayó como un estigma en su hoja de servicios. “Spottorno, el último jefe de la Casa con don Juan Carlos, fue desposeído de su cargo de asesor de don Felipe en el momento en que estalló el escándalo de las tarjetas black de Bankia. Nadie piensa que Revenga vaya a dar un paso en contra la Institución. Pero podría. Todos piensan que guardará el conveniente silencio, como hizo Sabino, como hará Spottorno. Por sus manos han pasado asuntos muy delicados y nadie puede ni imaginar que los vaya a desvelar por rencor.  Muy amable, simpático y eficaz, Carlos García Revenga gozaba de la estima y la consideración de la Familia Real en pleno. Culto, amable, entregado a la causa, no esperaba que se le tratara así. Ni una indemnización, ni un miramiento, ni un gesto de cariño”.


Ante este inusitado fin de este mentor durante 20 años de las infantas Elena y Cristina, su reacción, recurriendo a los tribunales de Justicia, ha puesto en guardia a los responsables de la Casa Real. Un portavoz de la misma se ha limitado a señalar que García-Revenga está “en su derecho” de iniciar las acciones que considere oportunas en relación a su salida de la institución y ha señalado que será la justicia la que determine en su momento quién tiene razón.

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