jueves, 10 de septiembre de 2015

Así ‘coló’ Posadas la reforma del Constitucional, en el Congreso.

Posada y Rajoy, en el Congreso de los Diputados.

La reforma del Tribunal Constitucional en el Congreso, a sólo quince días de iniciarse la campaña para las catalanas, tuvo, por parte del Gobierno y del PP, sus motivos políticos  e indica que todo estaba previamente preparado para que cumpliera su objetivo. La presentación, el pasado 1 de septiembre, de la proposición de ley en la Cámara demostraba lo poco improvisado del hecho: Xavier García Albiol, el candidato del PP en las catalanas, se encontraba “casualmente” en medio de la foto, junto a varios diputados ‘populares’ incluido el portavoz Rafael Hernando.

El PP presentó su propuesta que debería haber sido postpuesta hasta que la mesa se reuniera la semana próxima, lo que hubiera permitido su debate. Y aquí entró en juego el presidente Jesús Posada, conocido como “El abuelo”, quien, echando mano de un artículo del reglamento pensado para casos de urgencia y excepcionales, completó la operación diseñada en Moncloa y aprobó la proposición para que entrara a trámite, robando el debate a los demás miembros de la mesa. La forma en la que se presentó la propuesta del Grupo Parlamentario Popular permitó que fuera ‘express’, de una sola lectura y votación en un pleno.

Todo se preparó en una semana sin plenos ni sesiones de control al Gobierno, en la que, otros miembros de la Mesa del Congreso estaban preparando las maletas para irse a Cuba, en viaje oficial, invitados por la Asamblea de la isla. Momento convenientemente elegido por Rajoy (quien sabía perfectamente que la medida encontraría una oposición dispuesta a discutirla a fondo) para presentarla, sin que el resto de grupos parlamentarias pudiera decir ni pio.

La decisión de Posada fue tomada a la carrera y con un escrito ‘ad hoc’ para la ocasión. De esta manera, se retorció, según los grupos de la oposición, el reglamento del Congreso. Y se preparó otro recurso a la Mesa del Congreso para que se paralizase la tramitación exprés de la reforma del Constitucional. “La complicidad de  Posada –escribe F. Media en El Plural– ha permitido a Rajoy (y los demás que han diseñado esta estrategia) jugársela y realizar un doble juego de trileo. Por un lado, presentar en último momento una resolución que ya tenían preparada desde hace tiempo según todos los indicios, pero que querían presentar, por su efecto electoralista, lo más cerca posible al inicio de la campaña de Cataluña, pero también a tiempo de que fuera aprobada en esta legislatura. Por otro, que la ley se presentara como proposición, y no como proyecto, lo que hubiera sido más acorde a la reglamentación, pero que hubiera exigido un informe del Consejo de Estado, lo que no sólo la hubiera sacado de plazo, sino que, según los expertos, el jueves, 3 de septiembre, la ley habría sido rechazada tal y como está prevista…Y el calendario para aprobar, incluso en su versión exprés, la propuesta de ley exige unos plazos que, de presentarse una semana más tarde, hubieran hecho imposible su pase”.

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